miércoles, 2 de marzo de 2016

El Camino




Descubriendo peldaños



Otra vez estoy triste. Otra vez tengo miedo. Otra vez la sombra oscura de mi situación económica amenaza con hacerme daño. 
Que ilusión más grande. Es fácil refugiarse en metáforas.
Quizás es lo único que tengo, el eco de mis pensamientos, que me hacen creer que alguien puede consolar mis penurias.
Soy víctima, y victimario de mi propia suerte. Mi tormento es el reflejo de mi inepcia para dirigir mi vida.

¿Por qué me resulta tan difícil controlar mis decisiones que van totalmente en mi contra?
¿Por qué no puedo sacarme de las ilusiones pantanosas de mi propia persona?
¿Dónde está la voz tranquila que antes me daba cobijo?..... desde que te fuiste nunca más tuve a alguien que me abrazara y me hiciera sentir que todo iba a estar bien.......
Así como busqué estar en este ahogo, creo que así también he buscado estar solo.
¿En qué momento fui tan arrogante?... creo que ya lo recordé.... 
Ahora necesito recordar por qué nunca asumí ser pobre.
Necesito subir este peldaño estancado, necesito crecer, y hoy lo digo con mucha humildad, NECESITO AYUDA.

Vivir la vida con necesidades, cuánto dolor y pena esto me ha causado. He tratado de huir de mi realidad, siento vergüenza de ser pobre, siento vergüenza de tener deudas por no saber administrar el dinero.  
Todo tiene un motivo en la vida, y quiero descubrir la sabiduría que se esconde detrás de esto que nunca he superado.
Es una espina. Clava, duele, incomoda, RECUERDA. Al parecer es la única forma de recordar que hay algo pendiente, por resolver; al parecer es la única forma que me mantiene un poco despierto.
Creo que sufrir es bueno, tan desagradable y difícil de tragar, pero es el elixir que puede ponerme en camino a la vida eterna.

Pero necesito COMPRENDER.
El laberinto intrincado en mi interior debe quedar al descubierto.
¿Pero, cómo lo hago? ¿Cómo entreno la agudeza de mis percepciones? ¿Cómo hago para recordar esto todos los días, sin dejarme arrastrar por las corrientes de la vida?
Necesito ayuda, necesito valor. Necesito de todo lo que me rodea, porque soy nadie, y como tal, incapaz de hacer algo.


Existencia, quiero existencia.
Querido mundo ingrato, enséñame humildad, depiértame, muéstrame la razón de ser pobre, de por qué me duele tanto. 
¿Por qué deseo tanto, y no amo lo que tengo ahora? Y, si amara sólo lo que tengo ahora, ¿qué motivaría mi crecimiento? ¿Qué caminos podrían despertar mi necesidad de crecer?
¿Es que acaso nací pobre y en una familia que se disolvió, para que mis amarguras me despertaran?
¿Así se comienza a SER?
Sufrir es bueno, pero como duele. Y es necesario agradecerle a Dios, a las leyes rectoras de la Naturaleza, de que así sea.


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